E
l ser humano ha buscado en la in-
dumentaria modos de abrigarse,
es decir, resguardarse del frío, o por
el contrario de refrescarse y prote-
gerse del calor, en este caso median-
te ropajes livianos, a veces con co-
bertura total en situaciones de máxi-
ma exposición al sol.
Eran métodos de
construir un
microclima
, siempre
especializa-
dos en función de cuál era el clima
exterior
a nuestro cuerpo. La ropa
de abrigo no refresca, y la que
enfría no nos sirve en un invier-
no duro: nos congelaría-
mos.
Sin embargo,
el con-
fort consiste en hallar la
temperatura idónea
, con in-
dependencia de la temperatura
exterior y, particularmente, de las
variaciones térmicas corporales,
cambiantes en función del ejercicio
físico y de otras circunstancias.
No es casual que el hallazgo de
una
tecnología avanzada para el
mantenimiento de la temperatu-
ra de confort
se produjese por en-
cargo de la agencia espacial esta-
dounidense, la NASA. En un paseo
fuera de la nave espacial, o por la
superficie de la luna, el astronauta
está sometido a un fuerte contraste
de temperaturas: por el lado ex-
puesto al sol se produce un calor
elevado, mientras que la otra mitad
del traje, en la sombra, padece un
frío riguroso. Es como
estar some-
tido, a la vez, a un verano ardien-
te y a un invierno gélido
. Y es que
en el vacío del espacio exterior no
hay atmósfera que mitigue los con-
trastes térmicos.
Para ese entorno tan hostil se
desarrolló la tecnología Outlast ®.
Consiste en emplear
materiales de
cambio de fase
(PCM, por su sigla
en inglés: Phase Changing Mate-
rials) que absorben el exceso de ca-
lor, lo almacenan, y lo liberan cuan-
do es necesario, contribuyendo a
mantener un nivel constante: en el
primer caso refrescan, en el segun-
do calientan.
Los PCM son este caso
parafinas
microencapsuladas
, que acumulan
calor cambiando su estado de sólido
a líquido, y lo devuelven pasando de
líquido a sólido. Las «Thermocu-
les»™, microcápsulas patenta-
das por
Outlast
®
,
aplica-
das en textiles utiliza-
dos en proximidad de la
piel o del cuerpo humano,
aportan un clima de confort
que los fabricantes resumen de
forma muy gráfica en el lema
«not
too hot, not too cold, just right»,
a tra-
ducir como
«ni demasiado caliente
ni demasiado frío: justo en su pun-
to»,
o a la temperatura correcta.
Añadida a la
fibra
durante la fase
de producción, utilizada en
fieltros,
forros o entretelas
, o incorporada
a
superficies textiles
mediante un
proceso especial de revestimiento
por infusión en matriz (MIC, Matrix
Infusion Coating), la tecnología
Outlast
®
tiene
aplicaciones textiles
variadas
, tales como:
n
Ropa de cama
: edredones,
almohadas, cubrecolchones,
mantas, sábanas, sacos de dor-
mir.
n
Prendas de vestir
: forros,
prendas de deporte, interiores,
guantes, gorros.
n
Calzado
: zapatos y botas con
forros o espumas, plantillas.
n
Tapizados
de mueble, espu-
mas para sillas de oficina, asien-
tos de coche, sillas de ruedas.
Ni demasiado frío, ni demasiado calor
¿Cómo aporta Outlast ® el confort térmico?
Para saberlo todo acerca de la tec-
nología Outlast
®
,
sus beneficios,
aplicaciones y modos de empleo, la
empresa facilita amplia información
en el sitio outlast.com/es. Ya sea para
introducir Outlast
®
en los procesos
productivos del fabricante
, o para
explicar el producto acabado al
cliente final,
los profesionales que lo
deseen pueden adquirir en estos
cur-
sos
el nivel de conocimiento necesa-
rio, ya sea de forma presencial o en lí-
nea.
El curso online
es cómodo para
realizar desde casa o la oficina, y
está
disponible en español
en la di-
rección:
www.outlast.com/es/formacion-online